Mi hermano me habla de autoconocimiento, de fuerza de voluntad, para andar decentemente por el camino del que nunca seremos dueños. Mi hermano me habla y yo lo veo actuar, y quiero tanto a mi hermano que puede, que se deshace y logra explotar y recomenzarse de cero...
Veo a mi hermano, y quisiera ser como él. Veo a mis enemigos, y ansiaría ser como ellos. Me veo a mí y no veo a nada o a nadie; veo un molde que se llena de lo que puede, de lo que venga de fuera, sea lo que sea. Veo el molde, y no me gusta lo que veo. ni lo que el molde pudiera sentir, si la cosa fuera posible.
Una vez más. Hoy salí con ella, y fue como cada vez que salgo con cualquiera. (...o que nao tem concerto, nem nunca terai...). Y ahi sigue, esa pena, "siempre a su dueño fiel, pero importuna", que busca quebrarme tan despacio que no sabe que lo hace al momento de aparecer. Llega de repente, y la veo llegar e instalarse tan comodamente a mi lado. Y antecede a cualquier organización mental, e incluso se resiste a ella en una batalla que ya sabe ganada, la angustia cuaja y me deja en pelotas, sabiendo que...
En fin, sigo aquí, y no hay manera de evitarlo. Inclusive pudiendo hacerlo, hay un dejo de querer seguir en esto. Aún no se por o para que, pero creo en que algo me tendrá que dar una respuesta. Lo que no se es cuando, y ya la ocupo.
Y lo más curioso es que, cuando tenga la respuesta, tal vez ya no la ocupe...
4 de marzo de 2006
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3 comentarios:
Los hermanos tienen una manera tan perfecta de hacernos sentir culpables por la imperfección.
Pero a fin de cuentas nadie es un un producto terminado...
Todos estamos en proceso...
Aunque no sepamos de qué.
"When I die I'm gonna be really smart" Michael Corleone. (The Godfather: Part III)
carnal, tienes muchos hermanos que quisieran ser como tu
o que quisieran estar dentro de ti
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