Mi hermano me habla de autoconocimiento, de fuerza de voluntad, para andar decentemente por el camino del que nunca seremos dueños. Mi hermano me habla y yo lo veo actuar, y quiero tanto a mi hermano que puede, que se deshace y logra explotar y recomenzarse de cero...
Veo a mi hermano, y quisiera ser como él. Veo a mis enemigos, y ansiaría ser como ellos. Me veo a mí y no veo a nada o a nadie; veo un molde que se llena de lo que puede, de lo que venga de fuera, sea lo que sea. Veo el molde, y no me gusta lo que veo. ni lo que el molde pudiera sentir, si la cosa fuera posible.
Una vez más. Hoy salí con ella, y fue como cada vez que salgo con cualquiera. (...o que nao tem concerto, nem nunca terai...). Y ahi sigue, esa pena, "siempre a su dueño fiel, pero importuna", que busca quebrarme tan despacio que no sabe que lo hace al momento de aparecer. Llega de repente, y la veo llegar e instalarse tan comodamente a mi lado. Y antecede a cualquier organización mental, e incluso se resiste a ella en una batalla que ya sabe ganada, la angustia cuaja y me deja en pelotas, sabiendo que...
En fin, sigo aquí, y no hay manera de evitarlo. Inclusive pudiendo hacerlo, hay un dejo de querer seguir en esto. Aún no se por o para que, pero creo en que algo me tendrá que dar una respuesta. Lo que no se es cuando, y ya la ocupo.
Y lo más curioso es que, cuando tenga la respuesta, tal vez ya no la ocupe...
4 de marzo de 2006
11 de febrero de 2006
Dulce Jazz
Volví a encontrar a los maestros. Afortunadamente mis sentidos trajeron mi vagancia de éste sábado hacia acá, y algo me decía que podría regresar a los rituales que envuelve este grupo de magos. Y afortunadamente así fue.
Estoy sentado en Keshava, esperando a que los gurús personales retornen. Hoy fue un sábado de decisiones harto importantes, a pesar de no haber hecho casi nada. Pero me siento bien y descansado, maravilla que no ocurría desde tiempos inmemorables.
Y de aquí no se ve nada más que futuro, muy incierto aún, pero a fin de cuentas un futuro. Retomarme, volverme orgánico y dejarme fluir. Pongo punto final a cuatro años de auténtica decadencia, pero de muchísimo aprendizaje. Lo único que espero es que lo que pude aprender se pueda poner en acción (poner en acción, que drástica expresión...), y que mis tristezas y enormes caídas me ayuden a levantarme ahora que lo necesito.
Dejo el fondo del pozo, y me aproximo temeroso a mí, con la intención de hacerme pedazos con total consciencia de lo que puede ocurrir, y así, que el miedo, el pinche miedo que me atrapó a tantas cosas se vaya conmigo también...
Aquí, dentro del ciclo de todo lo que puede ocurrir, destruyo a mi circunstancia y me revelo ante ella, (sólo los peces muertos van con la corriente - CHAINED TO MYSELF), con la esperanza de abrigar una esperanza...
A fin de cuentas, ahora sé que sólo me tengo a mí...
Estoy sentado en Keshava, esperando a que los gurús personales retornen. Hoy fue un sábado de decisiones harto importantes, a pesar de no haber hecho casi nada. Pero me siento bien y descansado, maravilla que no ocurría desde tiempos inmemorables.
Y de aquí no se ve nada más que futuro, muy incierto aún, pero a fin de cuentas un futuro. Retomarme, volverme orgánico y dejarme fluir. Pongo punto final a cuatro años de auténtica decadencia, pero de muchísimo aprendizaje. Lo único que espero es que lo que pude aprender se pueda poner en acción (poner en acción, que drástica expresión...), y que mis tristezas y enormes caídas me ayuden a levantarme ahora que lo necesito.
Dejo el fondo del pozo, y me aproximo temeroso a mí, con la intención de hacerme pedazos con total consciencia de lo que puede ocurrir, y así, que el miedo, el pinche miedo que me atrapó a tantas cosas se vaya conmigo también...
Aquí, dentro del ciclo de todo lo que puede ocurrir, destruyo a mi circunstancia y me revelo ante ella, (sólo los peces muertos van con la corriente - CHAINED TO MYSELF), con la esperanza de abrigar una esperanza...
A fin de cuentas, ahora sé que sólo me tengo a mí...
Suscribirse a:
Entradas (Atom)